Muchas veces me sorprendo tratándome y mirándome de la manera en la que estaba acostumbrada, con autocrítica y dureza, rechazando nuevas “cosas”. Pero ahora cuando lo noto -eso es mindfulness-, me recuerdo que todos a veces cometemos el error de maltratarnos.
Entonces me tengo más paciencia y cariño porque algo no me está saliendo como esperaba. Esta actitud me ayuda a estar mejor preparada para tolerar las frustraciones o para enfrentar desafíos y volverlo a intentar -eso es la autocompasión-.